En los últimos años hemos visto una profunda renovación en los televisores. Estos han pasado de tener unas grandes dimensiones a ser finísimos, de apenas unos milímetros de grosor. ¿El siguiente paso? Que sean curvados.
Varias compañías están trabajando en ello, con la intención de ofrecer una mejor experiencia al usuario. Al ser modelos de grandes dimensiones, la curva permite "acercar" la imagen al espectador, mejorando así la calidad recibida. Empresas como Samsung o LG están trabajando en ello, y seguro que en los próximos años muchas más se unen a estas dos.
Los televisores curvados empezarán a desembarcar en el mercado en los próximos meses, inicialmente con unos precios desorbitados, del orden de varios miles de euros por televisor de 55 pulgadas de diagonal. Un nuevo tipo de televisor que permitirá a los diseñadores lucirse en sus nuevos productos.
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