La verdad es que últimamente cuando voy a Madrid no lo doy hecho con tanto cuqui sitio en el que comer, por cada local que tacho porque ya lo he probado, añado tres más. Uno de los últimos en inaugurar ha sido Le Cocó, un restobar con mucho encanto en el céntrico barrio de Chueca, que tiene una pintaza tanto a nivel decorativo como en los platos que nos ofrece en su carta.
Se trata de un espacio a la medida del entorno que cuenta con una oferta amplia para cubrir todos los momentos del día y todos los días de la semana. Empieza con los desayunos desde primera hora de la mañana y llega hasta las copas a la salida del trabajo, pasando por una oferta culinaria de carácter cosmopolita y precios comedidos para el mediodía y la noche.
Marta Banús ha sido la arquitecta encargada de la decoración del espacio. Como podéis ver en las fotos de este artículo, en él se combinan a partes iguales elementos rústicos, como las paredes blancas encaladas, las mesas comunales de madera o las plantas naturales... con otros industriales como las sillas Tolix y las lámparas de metal.
La luz natural, procedente de los amplios ventanales que dan a la calle, termina por imprimir vitalidad y calidez al espacio para hacer que resulte realmente acogedor. Además en su planta baja cuenta con un segundo salón abovedado, muy recomendable para reuniones privadas y celebraciones de eventos.
En cuanto a la carta, el chef Óscar Petracca ha sido el encargado de diseñar un menú versátil y estacional, que está protagonizado al completo por los productos de la dieta mediterránea.
Esto lo podemos comprobar con sus platos pensados para ‘abrir el apetito’, como las croquetas de carabineros, el foie micuit que podéis ver en la foto bajo estas líneas, las rabas con mayonesa cítrica o la ensalada Kumato con helado de aceite de oliva emulsionado directamente en la mesa.
En cuanto a los segundos platos podemos destacar, entre otros, el tiradito de pez mantequilla, el steak tartar y una particular visión del fish&chips como algunas de las apuestas seguras de la casa. En general la carta incluye una amplia selección de propuestas originales e ideales para compartir con los amigos.
Además el restobar también hará las delicias de los más golosos con su catálogo de tartas caseras, y ya sabéis que para mi ese siempre es uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta a la hora de elegir lugar en el que comer o cenar. Como ejemplo os muestro la tarta de la abuela en la imagen bajo estas líneas.
Finalmente en la carta de vinos cuenta con una veintena de etiquetas seleccionadas por Esteban Arnáiz, quien aprovechando su experiencia como sumiller, ha creado una bodega con representación de todas las denominaciones españolas y una inmejorable relación calidad-precio.
Y de las copas se ocupa el barman Doru Timocke, que cada noche se incorpora a la barra del restaurante para servir los mejores y más creativos cócteles. Y todo esto, siempre, con el valor añadido de un personal de sala amable y simpático y un horario non-stop adecuado a la actividad turística y comercial de la zona.
El horario como os decía es ininterrumpido, todos los días de 09:00 a 00.30h y además de jueves a sábado amplían horario hasta las 02.00h para las copas y el precio medio de la comida o la cena, por persona, es de entre 20 y 25 euros, estando el precio de las copas y los cócteles entre los 6,50 y los 12 euros dependiendo del tipo de combinado.
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