Ajoblanco, mucho más que un típico plato veraniego

Ajoblanco: sopa fría muy popular de la cocina andaluza y extremeña. Se compone de pan, almendras molidas, ajo, agua, aceite de oliva, sal y a veces vinagre. Se suele tomar acompañado de uvas o trocitos de melón.

Sí, el ajoblanco es un plato típico de verano, pero también es el último restaurante de Barcelona que está en boca de todos. Situado en plena calle Tuset (una de las calles con más vida nocturna los fines de semana), la carta de este nuevo local nos ofrece tapas a compartir, y platos de cocina Mediterránea y de Mercado.

Una vez cruzamos sus puertas hay algo que nos llama la atención de buenas a primeras: el espacio y su decoración. Bien es cierto que un restaurante sin una buena carta no puede funcionar muy bien, pero el físico importa y en este apartado Ajoblanco tiene una nota de summa cum laude. Y es que como no podía ser de otro modo, lleva la firma de Lázaro Rosa-Violán, su interiorista.

Dispone de una gran barra donde se elaboran cócteles de autor sofisticados y los clásicos cócteles de toda la vida.

¿Qué pedir?

La carta de este lugar varía en función de la disponibilidad de productos frescos, aunque hay tapas clásicas que siempre están ahí como una buena tortilla de patata pasando por la ensaladilla rusa de toda la vida o la fritura de pescado de la lonja. Pero también hay propuestas distintas como como las lentejas con foie o el sashimi de gamba. En el apartado de platos del día encontramos propuestas de cocina tradicional como los garbanzos castellanos con bacalao y acelgas, o la sopa de galets y pilota de xai. Para aquellos que quieren algo más consistente no deberán irse sin antes probar el arroz de secreto ibérico, las mollejas con bogavante o el arroz de espardenyes. El entrecot vasco, el taco de rabo de buey o el solomillo de Girona al carbón ya son para habilidosos expertos que necesitan llenar su estómago de manera potente para una larga noche.